La necesidad de reformar la constitución para reglamentar la intervención del ejecutivo federal en el proceso legislativo

Abstract

La lucha por el logro de grandes metas ha sido, por muchos años, una incansable tarea del hombre y para el hombre. La agrupación nació en un principio corno un mero recurso para satisfacer las pocas necesidades que en ese entonces existían. Fue corno un medio de ayuda en el que cada uno contaba con la colaboración de otro. Sin embargo, ese sentimiento de asociarse fue sufriendo notables cambios con el correr de los años. La época era otra y las necesidades iban tornándose cada día más vastas y complicadas. Ahora se pudiera pensar que el hombre que no esté de alguna u otra manera relacionado con otro, le será casi imposible llevar a cabo todas esas tareas en las que un día pensó realizar, debido a que los retos ahora son más grandes. Lo que inició corno una manera de hacer un poco más placentera la forma de trabajar en los antiguos talleres familiares, cambió notablemente a una obligación fundamental del individuo trabajador, al percatarse que ya no era tan fácil de llevar por sí mismo un trabajo. Con esa aparente derrota gubernamental los obreros, desde el año de 1931 comenzaron a sentir cierta seguridad con la promulgación de la Ley Federal del Trabajo de ese año en la que veían coronados sus esfuerzos y sus años de lucha. En ese momento, floreció un exagerado ambiente de confianza y el combate obrero finalizó. Desde entonces, tanto Gobierno como empresarios , han manejado el movimiento sindical a su libre antojo. El primero, haciéndoles creer que cuentan con su apoyo incondicional; y los segundos inventándoles, con ayuda de la ley, combates ficticios para ganar sus temerarias peticiones. Más aún, los trabajadores, atendiendo al enunciado de la ley, se sienten con libertad para actuar una vez constituídas sus asociaciones. ¿Lo están?.