"En la información psicológica de nuestros días se rebaten puntos de partida o teorías articuladas, siendo los sonetistas o psicología de la periferia sin alma, los que no toman en cuenta la conciencia, la subjetividad que dicen no existir, no ser demostrada. Por otro lado se pretende derivar todo - de un núcleo anímico. Aquí se insiste en que ninguno de ambos extremos satisface del todo la exigencia con claridad. Ni la llamada psicología de la profundidad con sus alusiones a cuestiones orgánicas, sexuales o de otro tipo; ni la psicología puramente adicta a la anatomofisiología, dilucidan satisfactoriamente la problemática de los estudios psicológicos, se quiere decir que tan sólo se tomen aspectos o fragmentos si no que se va a tratar de un conjunción de la- persona humana. Los hallazgos que se han realizado sobre la persona humana han ayudado a recuperar algo de la necesaria compensación en busca de una verdad que permite ir comprendiendo nuestra realidad íntima. A ello se debe que se haya tomado la imagen corporal con sus alteraciones, practicando una serie de observaciones para inferir, hacia perspectivas psicológicas, el proceso a virtud del cual se construye la autoimagen; no sobra advertir que la investigación que se presenta, tiene que extenderse poco o mucho a todos los prospectos de personalidad, que lo menos significan: esa convicción de que la dinámica humana se reparte entre vivencias, convivir y el comportamiento para sobrevivir, exige la consideración - de la persona, ya no fragmentariamente de un soma, de una ubicación familiar o sociocultural, sexualidad o cualquier otro aspecto parcial de la existencia, sino tomando a la persona en una Gestalt.